Por Felipe Saad
La selección hoy nos une; aves, chivas, albañiles y universitarios, todos gritando y apoyando juntos la ilusión que 11 jugadores nos dan. Lamentablemente, del otro lado de la moneda existen tristes comentaristas y analistas de todo tipo. Gente que cree tener siempre la razón y que tratan de comparar el fútbol nacional con el fútbol Europeo -y que digo Europeo- limitémonos a 3: Liga, Calcio y Premier. Los demás no están en un nivel tan alto como dicen. Además, tener una liga buena no te garantiza nada; para muestra, se podría preguntarle a la liga de España, la cual es siempre la mejor y también siempre sufre mundiales vergonzosos.
¿Qué diferencias hay entre las selecciones europeas y la nuestra? No es la ambición de los directivos como muchos afirman, dado que no sé si recuerden pero en medio de una mafia brutal y absurda donde los mejores equipos italianos estuvieron involucrados, Italia ganó el mundial con un plantel bastante mediocre (a comparación de otros que le hemos visto y a comparación de otras selecciones en ese mismo mundial) y con unos directivos peores que el mismo Decio. ¿Qué característica le veo? La grandeza mental de sobrellevar los malos manejos, la adversidad; y aún más importante, la mentalidad ganadora, misma que ahora ronda las cabezas de los Españoles.
¿Qué nos falta en México para dar ese gran paso? No son jugadores espectaculares, Grecia no los tuvo cuando ganó la Euro. La respuesta es simple y sencillamente la actitud y muchos HUEVOS. Esta mentalidad no estamos tan lejos de tenerla, el problema son los medios pesimistas que achican y hacen menos a grandes jugadores. Nosotros, por otro lado, nos dedicamos a criticar al técnico, al Bofo, a Cuauhtémoc o al mismo Conejo. Hay 100 millones de técnicos en México; sin embargo, el verdadero es uno y el que decide es él y sólo él. Las decisiones ya están tomadas y debemos entender que no van ni Oswaldo, ni Sinha, ni Nery, ni Braulio. NO VAN. Entendamos de una vez eso y apoyemos a la selección que nos hace olvidar nuestros problemas familiares, económicos y hasta amorosos por los 90 minutos que dura cada juego.
Yo sé que éstas palabras no cambiarán la opinión de muchos pesimistas, ni la oirán los seleccionados para sentirse grandes; verdaderamente grandes como los Argentinos que se han sentido así toda la vida. Se sienten los mejores en todo. Que molesto es esto, ¿no? Sí, puede ser molesto pero es efectivo, cuando llegas a una competencia y te sientes menos, invariablemente fallarás. Siéntanse grandes jugadores, háganos soñar a nosotros los que sí estamos con ustedes, los que creemos que son grandes, a sus familias, a sus amigos, a un país tan grande y tan necesitado de una distracción aunque sea por 90 minutos. Den felicidad, den tiempo de disculparse a todos los que no creyeron en ustedes y a mí personalmente, denme armas para callar a los pesimistas; a esos Mexicanos que apoyarán a España por conveniencia más que por amor a un país; a los comentaristas que hablan por tener un trabajo sin decir cosas coherentes; a la gente que avanza por la vida sin una meta y sin un sueño. Hoy su sueño es el mundial. Háganlo suyo, dado que todo aquel que no sueñe no llegará a nada y sólo ira como la corriente los lleve. No se dejen llevar por el pesimismo que aquí abunda, sueñen como soñaron los chavos hace unos años que se adjudicaron un mundial. Sí, el de su categoría. Ahora, varios de ellos están en la mayor.
No digo que vayamos a ser campeones ahora, tampoco digo que no se pueda, pero sí es momento de empezar a hacer de México un país de respeto; de hacer una excelente copa; de llegar a semifinales quizá, pero dejando todo en la cancha contra quien sea y a pesar de lo que diga la prensa. Siéntanse grandes porque son grandes; porque tienen la afición más cálida que hay; por la gente que hace el viaje para verlos sacrificando una infinidad de cosas; porque es tiempo de mostrarle al Mundo lo que significa el fútbol para un país grande, grande como México. Recen los creyentes y tengamos fe los demás. Que los jugadores nos den esperanza y, si pierden, si pierden como hace 4 años, con el corazón entregado, no se preocupen porque fue uno de los momentos donde más orgullosamente mexicano me he sentido. Y daría mucho por verlos triunfar como en ese partido se merecían.
VAMOS AFICIONADOS, APOYEMOS. VAMOS JUGADORES, ENTREGUEN EL ALMA. VAMOS MÉXICO, BAÑATE DE GLORIA.